GANAR-GANAR, la solución amorosa al conflicto
Los sucesos en el periódico, la política, las relaciones sociales y familiares son más conflictivos hoy, que ayer.
El capitalismo tiene como sus armas la competencia y el consumismo, y vivimos bajo su influencia.
Al calor de estas dos tendencias todo lo que hace el ser humano, se permea de esta filosofía de vida.
La primera arma, la competencia, nos enseña que solo hay dos opciones: perder-ganar o ganar-perder y que ambas resolverán nuestros conflictos y nos conducirán al éxito personal.
Nada más alejado de la verdad, la tercera opción ganar-ganar es la que nos permite resolver nuestros conflictos utilizando para ello, valores indispensables para el ser humano.
En ganar-ganar subyace la humildad, la justicia, la tolerancia, la igualdad, la caridad y el razonamiento lógico.
En cada conflicto que hoy enfrenta la sociedad siempre debe haber alguien que pierde y alguien que gana, pero no debe ser así.
¿Cuál aprendizaje? ¿Qué ganancia? ¿Cuál valor humano surge de esta postura? A todas estas cuestionamientos pudimos responder que ninguna.
Enriquecer los conflictos el tan manoseado principio de la justicia pero si la justicia es representada cómo ciega, qué o quién nos asegura tener la verdad absoluta.
En nombre de “Debo ganar” se rompen familias, se dividen vecinos, comunidades y países, priva entonces lo que yo creo o un grupo cree y subyuga o calla a quienes no se adhieren a su concepto de “ganar”.
Esta epidemia ha permeado todo el quehacer y la convivencia del ser humano y entonces la des confianza y la belicosidad destruyen los intentos por crear cosas buenas para todos.
Nuestros hijos vienen inmersos en esta tendencia y ello les impide visualizar la bondad en todos aquellos que construyen o mantienen sus vidas, aun cuando ello implica la enseñanza amorosa de valores que vienen acompañados de disciplina y autoridad. Hay que ganar a toda costa, aun cuando en ello perdamos nuestra esencia.
Ganar-perder es un excelente aliado del consumismo pues gano si tengo mucho y si tengo mucho soy más y mejor que los demás. Tengo más derechos, más relevancia, pero atrás quedan las responsabilidades humanas de extender la mano al que lo necesita, de tolerar al que requiere más o es diferente, de compartir lo que tengo, de ser solidario y simpático de aceptar la disculpa sin rencores posteriores.
De todas las responsabilidades que deben conducir nuestro camino no queda nada, y aún, cuando creamos que ganamos, únicamente perdimos todo lo valioso que nos puede hacer trascender.
Ganar-ganar es la forma de resolver un conflicto con base en el amor. El amor es lo único que realiza los milagros de formar personas esencialmente buenas y valiosas como hijos, padres, vecinos y ciudadanos.
La vida es corta, pasa tan rápido, queremos ser siempre los listos para ganar y a cambio empeñamos lo que puede hacer que cada uno de nosotros, marque la diferencia.
Jennifer Miranda Fonseca.